Orson, mago de primera.

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domingo, 18 de septiembre de 2011

"Cartas al Padre Jacob".


Una película finlandesa, de 2009, y 74 minutos de metraje. Una cinta con mensaje espiritual, sumamente sencilla y alejada de toda grandilocuencia.

Cuenta la historia de una condenada por asesinar al maltratador de su hermana, marido de ella, quien recibe el indulto por mediación de un sacerdote ciego que vive solo en una destartalada casa en el campo. El cura –un hombre mayor-- atiende una parroquia a la que no va nadie (símbolo del vacío de fe en nuestros tiempos) y tiene que contentarse con auxiliar espiritualmente por escrito a la gente con problemas. La secretaria que tenía para leer y contestar las cartas se le ha marchado, y necesita una sustituta. Leila es esa nueva secretaria. Es una mujer curtida por la vida carcelaria, hombruna, dura, áspera, distante, descreída y pragmática. No entiende el ánimo altruista del cura.

Al principio, para no tener que trabajar mucho, se deshace de parte de la correspondencia que Jacob recibe tirándola a un pozo. Así al cura solo le lee algunas cartas, que ella debe responder cumplidamente al dictado. Son varios los feligreses que escriben varias veces, bien para insistir en sus dudas, o para dar gracias por las oraciones y los consejos. El P. Jacob guarda todas las cartas que recibe, apiladas en fajos bajo su cama. Son su tesoro. Su única comunicación con el mundo. Su sentido de la vida, su forma de cumplir una misión y de sentirse útil. Leila no comprende esto. No entiende de tratar de ayudar a los demás, cuando uno en realidad siempre está solo y se debe a sí mismo. El hombre está condenado a existir, a ser sin más, y no va a resultar auxiliado por ningún ente extracorpóreo. El mismo P. Jacob vive solo, y está solo: su parroquia está vacía, no se usa para nada. Ella misma está sola: no se atreve a recurrir a su hermana tras su experiencia en la cárcel. Así pues, son dos seres distintos, pero condenados a entenderse por su soledad.


Jacob representa el porqué del sacerdocio en el mundo. Aún hay personas con fe, o con necesidad de ayuda que no dudan en recurrir a un cura en busca de consuelo y de fortaleza. Él, ciego, da luz a otros. Esa “luz” es visión de lo trascendente, y también esperanza y confianza en la providencia divina. Esta cinta nos recuerda la necesidad de la fe y la razón de ser de los hombres y mujeres de fe. Un pequeño canto a la esperanza en medio de un páramo de desolación y de implacable materialismo.

[Guion y dirección de Klaus Härö, basada en el guion original de Jaana Makkonen; interpretada por Kaarina Hazard (Leila) y Heikki Nousiainen (P. Jacob)]

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