Orson, mago de primera.

Orson, mago de primera.

miércoles, 3 de agosto de 2022

Alambre de espino.

En 1974, se estrenaba The Odessa File (El expediente Odessa), un potente filme de intriga soberbiamente dirigido por Ronald Neame, y basado en la exitosa novela de Frederick Forsyth, que contaba cómo los nazis supervivientes de la SGM montaron una organización que les procuraba una huida al extranjero mediante identidades falsas. Muchos de esos presuntos criminales nazis se refugiaron en España y en Latinoamérica (Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay Brasil, especialmente). Hace poco, en 2021, nos llegó El sustituto, de Óscar Aibar, un thriller policiaco con las mismas implicaciones temáticas, rodado con buen pulso, al estilo de la serie de películas de Harry Callahan.

Ricardo Gómez, como Andrés, en El sustituto (2021).

España, año 1982. El protagonista, Andrés (Ricardo Gómez) --un hombre hecho a sí mismo, criado en orfanato-- es un inspector duro, insobornable, contundente. Acude a Denia para reemplazar a un compañero de cuerpo, muerto en extrañas circunstancias. Pronto se le pone a cuidar la casa de unos alemanes, junto a otro policía veterano, Colombo (Pere Ponce). Andrés indaga en el pasado del inspector muerto, y descubre que traía droga adulterada desde Bilbao. Al mismo tiempo, repele el ataque en ciernes de un comando israelí sobre la vivienda de los alemanes. Es felicitado efusivamente por estos, que lo invitan a sus particulares celebraciones: himnos, esvásticas, pendones, gallardetes, uniformes del Tercer Reich… Andrés queda desagradablemente impresionado. Ese no es su mundo. Colombo, su camarada de patrullaje, ha reunido un completo dosier acerca de aquellos tipos. Andrés está decidido a destapar aquel refugio de excombatientes, alguno expresamente implicado en crímenes contra la Humanidad. 

Vicky Luengo y Ricardo Gómez en El sustituto (2021).

La película tiene un ritmo brioso y está basada en datos reales: en Denia (Alicante), antes de que se convirtiera en destino turístico y fuera tan solo un pueblo de pescadores, se refugiaron varios SS, quienes incluso se hicieron promotores inmobiliarios, y dieron empleo y atrajeron visitantes. Posteriormente, algunos lo abandonaron y marcharon a Sudamérica. Otros, incluso de entre los más peligrosos, como Anton Galler, fallecieron plácidamente en Denia –ya en la década de 1990-- y en su cementerio yacen. Es decir, aun cuando ganaron los socialistas las elecciones de octubre de 1982, por clamorosa mayoría absoluta, los nazis de Denia siguieron con sus vidas, tan panchos. Gerd Bremer, por ejemplo, promotor de construcción, dejó este valle de lágrimas en 1989. Luego poco, o nada, cambió. Sin embargo, la película de Óscar Aibar nos quiere hacer creer que la llegada del PSOE a la Moncloa fue la panacea y limpió toda corrupción y crimen escondido. El maniqueísmo se apodera, entonces y de manera innecesaria, de una historia que solo en parte fue así. 

Pere Ponce, como Colombo, en El sustituto (2021).

Extraordinario, en su introversión y laconismo, el personaje protagonista de Ricardo Gómez. Muy eficaz semblanza de viejo policía enfermo la trazada por Pere Ponce. Bellísima Vicky Luengo en su rol de doctora comprometida (en un amplio sentido del término). Pol López (Rafa) levanta a un violento de libro.

El guion encierra dos pequeñas sorpresas finales, que no vamos a desvelar. Una de ellas, se puede intuir.

Una película, El sustituto, que se celebra y atrapa, pese a las agudas aristas maniqueas que contiene.

© Antonio Ángel Usábel, agosto de 2022. 

Nazis refugiados en Denia.