Tener un proyecto común puede salvar una patria, pero también una relación familiar fuertemente dañada. Eso es lo que intenta demostrar el cineasta noruego Joachim Trier, con su último largometraje, Valor sentimental (2025). Un prestigioso y veterano director de cine, Gustav Borg (Stellan Skarsgard), ha escrito un guion que desea lo protagonice su hija Nora (Renate Reinsve). La historia tiene reminiscencias autobiográficas, ya que se apoya en el trágico destino de su propia madre, abuela de Nora. Se da la circunstancia de que Gustav abandonó a sus hijas, y a la madre de estas, cuando rozaban la adolescencia. Una de ellas se ha casado, y tiene un niño, de unos ocho años, que también tendría un pequeño rol en la película de su abuelo. Nora, en cambio, permanece soltera y se dedica a la actuación teatral, mientras mantiene una relación con un compañero de trabajo casado.
Cuando Gustav lleva su guion a
Nora, esta lo rechaza de plano sin leerlo. No podría trabajar con un padre con
el que no se habla. Entonces Gustav, frustrado por esta negativa, busca a otra
actriz joven, afamada, de similares características físicas a las de Nora.
Comienzan los ensayos, y, con ellos, los problemas para completar un elenco
interpretativo idóneo. Gustav no termina de estar satisfecho con las
alternativas. Pero la intervención, no premeditada y espontánea, de Agnes –la hermana
de Nora--, dará un giro radical a los acontecimientos.
La vieja casa familiar es otro de los personajes del relato. En sus estancias han ocurrido hechos relacionados con sus habitantes. La mansión habla, se expresa, explica situaciones diversas, desde juegos infantiles hasta defunciones.
Valor sentimental
es un relato que se sigue de cerca, con complicidad; enamora, debido a
poderosas y muy naturales interpretaciones de todo su reducido reparto. La
cuestión es no diluirlo, sino focalizarlo sobre la familia y sus inmediatos
adláteres. No es una historia costumbrista, sino un firme drama que podría
darse igual en casi cualquier latitud.
Inmenso el añejo Stellan
Skarsgard, que lleva una buena parte del peso de la película, un actor
sueco de proyección internacional, pero encasillado, fuera de su órbita natal,
en personajes secundarios (La caza del octubre rojo, Los fantasmas de
Goya, Ronin, Piratas del Caribe: el cofre del hombre muerto).
En 1982, no obstante, obtuvo el Oso de Plata en Berlín por su papel
protagonista en El asesino cándido. Y en 1998, el Premio del Cine
europeo al mejor logro cinematográfico. Se ha destacado, asimismo, como un
colaborador habitual del realizador danés Lars von Trier.
En cuanto a Renate Reinsve,
viene de encabezar otro filme anterior de Joachim Trier, La peor persona del
mundo (2021), que le valió el premio a la mejor actuación femenina en
Cannes. A sus 38 años, es una intérprete muy prometedora y con un amplio
futuro.
Completan este repertorio maestro
Inga Ibsdotter (como Agnes) y Elle Fanning (como Rachel).
Antonio Ángel Usábel, diciembre
de 2025.


