Orson, mago de primera.

Orson, mago de primera.

lunes, 3 de enero de 2022

Gareth Jones y el Holodomor.

Al comienzo de Doctor Zhivago (David Lean, 1965), Yevgraf, el hermanastro de Yuri, el protagonista, suelta a su presunta sobrina un comentario que pasa casi desapercibido: “En aquellos tiempos, los niños se alimentaban de carne humana”. Sin duda, aparte de a la guerra civil entre mencheviques y bolcheviques (blancos y rojos), Yevgraf se estaba refiriendo a uno de los episodios más cruentos y lamentables de la Rusia estalinista: el Holodomor ucraniano, o gran hambruna. Aquel triste escenario –hoy a menudo olvidado, por no deberse a una dictadura reaccionaria—provocó, como mínimo, cuatro millones de muertos. Duró dos años, de 1932 a 1934. Fue producto de la colectivización del campo ruso y ucraniano, que llevó aparejada la confiscación de las tierras y de las cosechas, así como la ocupación de granjas ucranianas por campesinos rusos. Stalin y su camarilla temían la independencia de Ucrania tras la Revolución, e hicieron lo posible por someter económica y políticamente el territorio, en un pulso prorruso que se mantiene hasta hoy. Los niños huérfanos que no perecieron durante la hambruna, fueron educados en escuelas rusas, para que desarrollaran un sentimiento de sumisión a Moscú. Aún hoy Stalin es un líder defendido en Rusia, ya que su estatus de vencedor en la Segunda Guerra Mundial parece situarlo “más allá del bien y del mal”. A finales de diciembre del año pasado, 2021, el Tribunal Supremo ruso ilegalizó la ONG Memorial, por denigrar a Stalin y tildarlo de asesino de masas. A Memorial se la vincula en Rusia con la defensa de radicales islamistas encarcelados.

Volviendo al Holodomor, vamos a abordar una película, de 2019, coproducida por Polonia, Reino Unido y Ucrania, y dirigida por Agnieszka Holland, que lleva por título Mr. Jones. Narra la historia real del periodista británico Gareth Jones, infiltrado en la URSS para entrevistar a José Stalin y, de paso, acercarse a Ucrania y documentar fotográficamente la confiscación de los cereales y el estado de represión contra la población civil. El rol de Gareth Richard V. Jones –no confundirlo con Gareth Stedman Jones, autor de una interesante biografía de Karl Marx—recae en el convincente y eficaz James Norton. Jones se topa con occidentales prosoviéticos (Peter Sarsgaard, en la piel de Walter Duranty) y con una censura férrea de los medios informativos. Además, fuera de la URSS pocos están dispuestos a creer que Stalin suponga una amenaza inminente e imparable, como tampoco la ven aún en Hitler y sus secuaces del partido nazi. El miedo a reconocer la verdad lleva a mirar hacia otro lado. En parte, por no generar un clima internacional de tensión que derive en guerra. Sin embargo, algunos intelectuales comienzan a cuestionarse el paraíso soviético, como George Orwell (Joseph Mawle), aunque le concedan cierta tregua, por ser un régimen nuevo que todavía tiene que asentarse y superar muchas y grandes dificultades. Al socaire de los artículos y conferencias de Jones (apadrinado por el polémico magnate de la prensa William Randolph Hearst), Orwell principia la redacción de Rebelión en la granja, fábula alegórica donde se evidencia que, tras la victoria de una revolución proletaria,  una tiranía es sustituida por otra, y la injusticia y los privilegios de clase se perpetúan. 

Mr. Jones, con guion de Andrea Chalupa, es un largometraje duro, muy bien ambientado y contextualizado, con secuencias sobrecogedoras, como el momento en que Gareth encuentra a unos huérfanos que cocinan algo de carne, y él la toma con ellos, para descubrir poco después que procede del cadáver del hermano mayor de los niños, Kolya. 

Esta era la Ucrania de los años treinta del siglo XX, discutida y discutible incluso en nuestro tiempo, con la renovada tensión entre el Kremlin y Kiev. Ucrania, que no olvida las épocas de represión estalinista ni los más recientes conflictos soberanistas con Rusia, sobre todo tras la ocupación por esta de la península de Crimea, y su anexión formal (18 de marzo de 2014). Moscú, que no desea que el área de influencia occidental y norteamericana se aproxime a sus fronteras, y pretenda tener sometida a Ucrania. Aunque la mayor parte de la población desea ser independiente y libre para decidir, también hay un sector favorable a alinearse con Rusia.

Gareth Jones, galés de nacimiento, fue secuestrado en Mongolia y asesinado el 12 de agosto de 1935. Contaba con tan solo 29 años. 

Mr. Jones es una producción que merece ser considerada; sobre todo, para no olvidar los errores terribles de una ideología totalitaria que, como la fascista, pensaba que el fin justifica los medios. Curiosamente, ateas ambas. No podía ser de otro modo, pues, donde no existen Dios ni una moral trascendente, todo está permitido y se cataloga como justo.

© Antonio Ángel Usábel, enero de 2022.